Monografías
Hipertensión arterial en niños, niñas y adolescentes.
En este artículo, los autores realizan una exhaustiva revisión de una temática emergente en la evaluación del riesgo cardiovascular (RCV): la edad vascular, previamente descrita en el estudio Framingham de 2008 como la “edad del corazón”.
El envejecimiento es un proceso biológico complejo, natural, progresivo, irreversible y heterogéneo, influenciado por factores genéticos, ambientales y hábitos de vida. A partir de los 30 años, las grandes arterias pierden progresivamente sus propiedades elásticas. El envejecimiento vascular (EV) se caracteriza por disfunción endotelial, remodelado vascular y pérdida de la distensibilidad arterial, con un aumento de la rigidez de la pared, la presión arterial sistólica (PAS) y la presión del pulso (PP). Estos cambios involucran eventos bioquímicos, celulares y enzimáticos, y la rigidez arterial (RA) se destaca como el “sello distintivo” de la edad arterial. La medición de la velocidad de la onda de pulso (VOP) ha demostrado ser predictiva de eventos cardiovasculares. Además, múltiples estudios han establecido una relación entre la edad vascular y condiciones como demencia, enfermedad renal crónica y síndrome metabólico.
La RA se caracteriza por una inflamación crónica significativa, contribuyendo a la remodelación cardíaca y vascular. Representa un factor de riesgo (FR) importante para eventos cardiovasculares fatales y no fatales, incluyendo la progresión de enfermedades como la diabetes mellitus, hipertensión arterial, enfermedad renal crónica, retinopatías, neuropatías, enfermedad cardiovascular, cáncer, demencia y depresión, así como un indicador de fragilidad y muerte prematura. Su prevalencia aumenta en enfermedades inflamatorias crónicas como la artritis reumatoide, la enfermedad inflamatoria intestinal y la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana. Estudios han demostrado que, a partir de los 50 años, la PAS aumenta progresivamente, mientras que la presión arterial diastólica disminuye, ampliando la PP, un signo de rigidez aórtica y envejecimiento. El artículo plantea a la hipertensión arterial como un potencial signo clínico de envejecimiento y RA.
El envejecimiento es un proceso biológico complejo, natural, progresivo, irreversible y heterogéneo, influenciado por factores genéticos, ambientales y hábitos de vida. A partir de los 30 años, las grandes arterias pierden progresivamente sus propiedades elásticas. El envejecimiento vascular (EV) se caracteriza por disfunción endotelial, remodelado vascular y pérdida de la distensibilidad arterial, con un aumento de la rigidez de la pared, la presión arterial sistólica (PAS) y la presión del pulso (PP). Estos cambios involucran eventos bioquímicos, celulares y enzimáticos, y la rigidez arterial (RA) se destaca como el “sello distintivo” de la edad arterial. La medición de la velocidad de la onda de pulso (VOP) ha demostrado ser predictiva de eventos cardiovasculares. Además, múltiples estudios han establecido una relación entre la edad vascular y condiciones como demencia, enfermedad renal crónica y síndrome metabólico.
La RA se caracteriza por una inflamación crónica significativa, contribuyendo a la remodelación cardíaca y vascular. Representa un factor de riesgo (FR) importante para eventos cardiovasculares fatales y no fatales, incluyendo la progresión de enfermedades como la diabetes mellitus, hipertensión arterial, enfermedad renal crónica, retinopatías, neuropatías, enfermedad cardiovascular, cáncer, demencia y depresión, así como un indicador de fragilidad y muerte prematura. Su prevalencia aumenta en enfermedades inflamatorias crónicas como la artritis reumatoide, la enfermedad inflamatoria intestinal y la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana. Estudios han demostrado que, a partir de los 50 años, la PAS aumenta progresivamente, mientras que la presión arterial diastólica disminuye, ampliando la PP, un signo de rigidez aórtica y envejecimiento. El artículo plantea a la hipertensión arterial como un potencial signo clínico de envejecimiento y RA.