Recertificación: una oportunidad para evaluar la excelencia cardiológica

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La Cardiología es una larga y exigente carrera que, según sus propios practicantes, no termina nunca de ser aprendida. Avances científicos incesantes, controversias interminables y habilidades que se perfeccionan con el tiempo obligan a mantenerse continuamente actualizado en la especialidad elegida. En este sentido, la Sociedad Argentina de Cardiología no sólo ofrece una enorme variedad de cursos sino también un Programa de Educación Médica Continua. Además, certifica la especialidad de los cardiólogos y ofrece un prestigioso sistema de recertificación para los miembros que abrazan el fascinante desafío de probar su excelencia cada 5 años. Hasta el momento, recertificaron su especialidad a través de la SAC un total de 4.281 cardiólogos.

Basada en la revisión de antecedentes realizada por pares, la recertificación de la SAC brinda desde 25 años atrás una oportunidad para que los cardiólogos de la Argentina evalúen su grado de competencia práctica y teórica ante sí mismos y sus colegas. Además, la recertificación constituye una garantía de calidad y actualización para los pacientes y el sistema sanitario argentino

En la Argentina, como en otros países, existe una ley que ordena la periódica recertificación de los médicos, pero como la norma no ha sido aún reglamentada, la recertificación es optativa. “La recertificación no tiene fuerza legal obligatoria, pero sí ética”, enfatiza el Dr. Marcelo Benassi, director del área ECAR de la SAC, que otorga las recertificaciones a los cardiólogos.

El proceso involucra la evaluación de los antecedentes del cardiólogo (actividad asistencial, docencia, investigación, cursos, participación en congresos, etc. ) para alcanzar un puntaje de 1.000 créditos en los últimos cinco años de actividad. Quienes no alcanzan ese puntaje pero superan los 500 puntos, pueden solicitar ser examinados en forma complementaria. El examen optativo, que se realiza en el hogar, consiste en preguntas multiple choice elaboradas cada año por los Consejos de la SAC. “La idea básica es fomentar que cada cardiólogo se mantenga actualizado y que los colegas lo avalen en su especialidad tras evaluar sus antecedentes”, apunta el Dr. Benassi.

Consciente de su compromiso con la educación de sus miembros, la SAC recompensa a quienes recertifican su especialidad con una serie de beneficios, entre los cuales figuran el acceso libre al PRO-SAC durante un año e importantes descuentos para los cardiólogos que han pasado ya por 5 recertificaciones. Los menores de 40 años que se presenten por primera vez a la recertificación también obtienen beneficios para seguir capacitándose mediante el PRO-SAC y un arancel menor al resto. El plazo para postularse a la recertificación este año vence el 31 de mayo.

“Hay muchas instituciones médicas que ofrecen recertificar a los cardiólogos, pero estamos convencidos de que los miembros de la SAC deben recertificarse en su Sociedad, que les brinda educación médica continua y un diploma reconocido por los pares”, concluye el Dr. Benassi.

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