Diabetes: la calidad de vida un factor desencadenante

Por el Dr. Eduardo O. Esteban, médico cardiólogo (MN 54.755), miembro de la Sociedad Argentina de Cardiología

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la diabetes mellitus de la siguiente manera:

“La diabetes es una enfermedad crónica que aparece cuando el páncreas no produce insulina suficiente o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce. El efecto de la diabetes no controlada es la hiperglucemia. (…) La diabetes de tipo 2 tiene su origen en la incapacidad del cuerpo para utilizar eficazmente la insulina, lo que a menudo es consecuencia del exceso de peso o la inactividad física”.

Es necesario agregar que la carga genética y los antecedentes familiares tienen una importancia muy marcada, pero la calidad de vida es el desencadenante para la aparición de la diabetes mellitus.

Las complicaciones micro y macro-vasculares de la diabetes son la causa de la mayor morbilidad y mortalidad y se manifiestan como cardiopatías isquémicas, accidentes cerebro-vasculares y patologías vasculares periféricas. Sin embargo, la disfunción endotelial se inicia mucho antes de superar los límites numéricos que marcan el inicio de la diabetes mellitus y la intolerancia a la glucosa en ayunas o postprandial (definida como glucosa en ayunas entre 100 y 125 mg/dl, y con niveles >140 mg/dl de glucosa postprandial, medidos a las 2 horas después de una toma de 75 g de glucosa por vía oral, pero sin llegar a 200 mg/dl).

Los médicos tenemos la posibilidad de evitar o retrasar la aparición de esta alteración de la pared vascular con medidas como: cambios en el estilo de vida del paciente, que incluyan mejoras en la alimentación y la realización de actividad física programada como la base del plan de prevención. La gran ventaja de estos cambios es que son efectivos para todos los factores de riesgo de ECV, como podemos ver en el estudio Interheart1:

“Los lípidos anormales, el tabaquismo, la hipertensión, la diabetes, la obesidad abdominal, los factores psicosociales, el consumo de frutas, verduras y alcohol y la actividad física regular representan la mayor parte del riesgo de infarto de miocardio en todo el mundo en ambos sexos y en todas las edades en todas las regiones. Este hallazgo sugiere que los enfoques de la prevención pueden basarse en principios similares en todo el mundo y tienen el potencial de prevenir la mayoría de los casos prematuros de infarto de miocardio”.

Por otro lado, el síndrome metabólico está definido por la presencia de tres o más de los siguientes factores de riesgo: intolerancia a la glucosa en ayunas, aumento del perímetro de la cintura, dislipemia (aumento de triglicéridos > 150 mg/dl y disminución de HDL varón < a 45 mg/dl y mujer > 50 mg/dl.) y/o la presencia de hipertensión arterial, puede producir una resistencia a la insulina y a la vez promover la secreción exagerada de esta hormona, la consecuencias so la aparición precoz de diabetes y/o de enfermedad cardiovascular.

El proyecto 25X252 tiene como objetivo reducir un 25% el riesgo de muerte prematura, es decir la probabilidad de morir entre las edades de 30 y 70 años.

Aproximadamente cuatro millones (9.8%) de la población argentina sufre de diabetes y por lo tanto, está expuesto a una mortalidad por enfermedad cardiovascular prematura.

Llevar un estilo de vida sin tabaquismo y sin obesidad, basado en una dieta cardio-protectora y actividad física adecuada al caso (todo esto puesto en práctica de forma precoz) constituye la forma ideal de encarar esta problemática. La promoción de estos valores y prácticas desde los primeros años de educación es lo ideal y tiene un alto impacto en la población.

Sin embargo, una vez instalados el síndrome metabólico y la diabetes, el esfuerzo debe enfocarse en reducir las complicaciones cardiovasculares. Las consignas son conocidas pero difíciles de lograr:

Reducir el peso de entre un 3 y 5%, el ideal sería un 10%.
Combatir el sedentarismo, con no menos de 150 minutos por semana de actividad física moderada.
Mantener la glucemia cercana a la normalidad, como así también la hemoglobina glucosilada por debajo de 6.5.
Los cardiólogos tenemos mucho para hacer al respecto, debemos estar atentos a la detección del síndrome metabólico y poner todo nuestro esfuerzo para que nuestros pacientes controlen los factores de riesgo, caminen más y coman menos y mejor.


1 Prof Salim Yusuf, DPhil’Correspondence information about the author Prof Salim Yusuf. Email the author Prof Salim Yusuf, Steven Hawken, MSc, Stephanie Ôunpuu, PhD, Tony Dans, MD, Alvaro Avezum, MD, Fernando Lanas, MD, Matthew McQueen, FRCP, Andrzej Budaj, MD, Prem Pais, MD, John Varigos, BSc, Liu Lisheng, MD, on behalf of the INTERHEART Study Investigators. Effect of potentially modifiable risk factors associated with myocardial infarction in 52 countries (the INTERHEART study): case-control study The Lancet Volume 364, No. 9438, p937–952, 11 September 2004.

2 Ralph L. Sacco, MD, MS, FAHA; Gregory A. Roth, MD, MPH; K. Srinath Reddy, MD, DM; et all. The Heart of 25 by 25: Achieving the Goal of Reducing Global and Regional Premature Deaths From Cardiovascular Diseases and Stroke A Modeling Study From the American Heart Association and World Heart Federation (Circulation. 2016;133.)

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