Mundial de Fútbol: ¿No apto para cardíacos?

Por Alejandra Folgarait

[column col=”1/4″]Mundial de Fútbol: ¿no apto para cardíacos?[/column]

[dropcap type=”circle” color=”#FFF” background=”#cf2121″]E[/dropcap]l Mundial de Fútbol 2014 no sólo se juega en Brasil sino también en las casas y los bares, frente a las pantallas de televisión y los dispositivos móviles. Para los cardiólogos, cada partido internacional de la selección representa un desafío. ¿Qué riesgos enfrentan los espectadores? Mientras algunos estudios encontraron una asociación significativa entre mirar los encuentros de la selección nacional y los eventos cardíacos, otros concluyeron que no hay mayor motivo de preocupación.

El 30 de junio de 1998 quedó en la memoria de muchos argentinos, ya que la selección le ganó por penales a Inglaterra en el Mundial de Fútbol de Francia. Para los ingleses, en cambio, aquél fue un día fatídico. Según un estudio publicado en BMJ, ese día y los dos subsiguientes hubo un aumento del 25% de infartos agudos de miocardio en los hospitales ingleses (55 admisiones extra respecto de las esperadas). “Tal vez los penales para definir partidos deberían ser abandonados por razones de salud pública”, escribieron después Douglas Carroll y sus colegas.

Ver partidos mundialistas también se convirtió en un riesgo para los alemanes. Doce horas antes y después de cada partido de Alemania en el Mundial 2006, se duplicaron las emergencias cardíacas en la región de Munich, de acuerdo con un estudio publicado en The New England Journal of Medicine.

En los hombres, las emergencias cardíacas treparon 3,2 veces. En las mujeres, subieron 1,8 veces. El mayor número de eventos se registró durante las dos horas siguientes al comienzo de cada partido de Alemania, y el riesgo fue mucho mayor en quienes tenían antecedentes coronarios. A pesar del aumento de infartos, un análisis posterior de los datos mostró que no hubo cambios en la mortalidad hospitalaria durante los días febriles del Mundial 2006.

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Mundial de Fútbol: ¿no apto para cardíacos?
El penal atajado por Roa le dio el triunfo a Argentina en el Mundial 1998, pero aumentó 25% los infartos en Inglaterra. Foto: BMJ.

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Recomendaciones generales


Reunirse a ver el partido con amigos, invitando a uno que no sea fanático del fútbol.

No tomar alcohol ni fumar durante la transmisión televisiva.

Disminuir la ingesta de grasas (por ejemplo, en picadas).

Las personas que tienen antecedentes cardíacos deben consultar con su médico si pueden ver los partidos por televisión.

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Con todo, la asociación entre eventos cardíacos y copas mundiales de fútbol no es tan sencilla. Por ejemplo, el análisis de 25.159 admisiones hospitalarias en Italia durante tres competencias internacionales (mundiales de 2002 y 2006, y Eurocopa 2004) no encontró relación entre los partidos de la selección italiana y los infartos agudos de miocardio en la población del país. Estudios similares realizados en Portugal y Baviera tampoco hallaron una asociación.

“Los efectos cardiovasculares de mirar partidos de fútbol, si existen, son muy pequeños. Es sólo un juego”, concluyeron Francesco Badoni-Aresi y sus colaboradores, tras la revisión de los datos y de diez estudios publicados hasta 2010. Hay que destacar que estudios similares realizados posteriormente en Portugal y Baviera tampoco encontraron una asociación.

Si se mira la cuestión desde el la óptica del vaso medio lleno, el Mundial podría hasta tener un efecto benéfico en los espectadores del equipo ganador. De hecho, la mortalidad masculina por infarto de miocardio bajó significativamente en Francia el día de la final del Mundial 1998, tal vez por la euforia de la victoria de los franceses o por el día no laborable.

Además de los que ganan, también se alegran los que han perdido antes con el equipo que resulta eliminado de un Mundial (en lo que se conoce como shadenfreude, la satisfacción por la desgracia ajena). “En este sentido, el aumento de infartos en hinchas de River inducido por el descenso a la B seguramente fue compensado por la disminución de eventos cardíacos en los hinchas de Boca que veían a sus eternos rivales sufriendo“, apunta Carlos Tajer, jefe del servicio de Cardiología del Hospital El Cruce, de Buenos Aires, y presidente de la SAC.

Como sea, mirar la Copa Mundial por televisión no deja incólume a nadie. Según un pequeño estudio, el espectador experimenta cambios significativos en la presión arterial, frecuencia cardíaca y otros parámetros hemodinámicos. “El público sufre mucho stress, especialmente cuando hay situaciones de empate, penales o finales”, confirma Roberto Peidró, coordinador de Cardiología del Deporte de la SAC. “La incertidumbre en una situación de pasividad, como la de los espectadores frente a la televisión, puede desencadenar un episodio agudo, por lo que hay que tomar precauciones con los pacientes”.

Los cardiólogos brasileños están alerta. Al revisar los datos de hospitalizaciones durante las últimas copas mundiales de fútbol (1998, 2002, 2006, 2010), Daniel Borges y sus colegas del Hospital de Clínicas de la Universidad de San Pablo no encontraron un aumento de la mortalidad en la población brasileña. No obstante, descubrieron un aumento de los infartos de miocardio, especialmente los días en que jugó la selección brasileña.

El estudio brasileño concluyó que los infartos subieron entre 4 y 8% durante los últimos mundiales de fútbol. “Aunque hacen falta estudios prospectivos, considerando el riesgo al que la población estará expuesta durante el Mundial 2014, se deberían implementar medidas de soporte vital y entrenamiento en los estadios”, advirtieron el año pasado.

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