El desafío es modificar factores de riesgo para disminuir las muertes por enfermedad cardiovascular

9 de abril – Día de la Cardiología Argentina
 Entrevista al Dr. Héctor A. Deschle, presidente de la Sociedad Argentina de Cardiología

ÍA DE LA CARDIOLOGÍA ARGENTINA⠀

El 9 de abril la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) cumple 85 años y por eso desde 2014 en esa jornada se celebra el “Día de la Cardiología Argentina”. Fundada en 1937, la SAC fue precedida por la Revista Argentina de Cardiología (RAC), que desde 1934 reunió en forma bimestral artículos originales sobre la especialidad, predominantemente locales, y desde hace años se edita en forma bilingüe, en castellano e inglés.

Del intercambio y esfuerzo de esos médicos e investigadores pioneros que crearon la Revista es que pocos años después nació la SAC, una de las sociedades médicas más antiguas y prestigiosas del país.

El “Día de la Cardiología Argentina” se sancionó a través de una Ley Nacional (la 27.052) el 3 de diciembre de 2014, en coincidencia con el Día del Médico, que se celebra cada año en esa fecha. Para los cardiólogos argentinos, el 9 de abril es una jornada fundamental que renueva su compromiso con la atención, la educación y el servicio a la comunidad.

Entrevistamos al Dr. Héctor A. Deschle, presidente de la SAC, quien delineó los principales proyectos para este año y las inquietudes de los cardiólogos argentinos sobre la salud cardiovascular de la población. Las enfermedades cardiovasculares son en nuestro país la primera causa de muerte en ambos sexos: el infarto de miocardio, el accidente cerebrovascular y la insuficiencia cardíaca encabezan la mortalidad global en la Argentina con 100.000 decesos anuales [1],y son también causa de miles de años perdidos ajustados por discapacidad.

– ¿Cuáles son las iniciativas de la SAC más importantes del año?

-Los proyectos son muchos; es difícil decidir cuáles son los más importantes. Por lo pronto, durante el mes de mayo hay dos fechas para las que organizaremos actividades con la Fundación Cardiológica Argentina (FCA, fundada en 1976), que es el “brazo” de la SAC orientado hacia la comunidad y con la que estamos volviendo a llevar adelante todas las tareas en conjunto.

– ¿Cuáles son esas fechas más cercanas?

-La primera es el Día Mundial de la Hipertensión Arterial, el 17 de mayo; la segunda, el Día Mundial sin Tabaco, el 31 de mayo. Tanto la hipertensión arterial como el tabaquismo son reconocidos factores de riesgo para sufrir enfermedades cardiovasculares. Vamos a ir organizando distintas actividades para llamar la atención de la población, como ya hicimos en el Día de la Mujer. La idea es transmitir nuestro mensaje y que eso convoque a las personas.

– ¿Usted cree que realmente se pueden conseguir cambios de conducta a través de esas iniciativas?

-Absolutamente. La clave es trabajar conjuntamente, porque si lo hacemos de ese modo llegamos mucho más a todos los sectores. Si el mensaje es simultáneamente para los médicos, pero también para la comunidad, el impacto es mayor. Está demostrado que cuando uno quiere logros, por ejemplo, reducir el consumo de sal, no basta solamente con llegar a la comunidad médica o que se establezcan políticas desde los ministerios, también hay que hablar con un mensaje claro a la población. Cuando se actúa a todos los niveles se ven resultados.

– ¿Cuál es el principal desafío de la cardiología argentina?

-El principal desafío de la cardiología global, no sólo argentina, es tratar de disminuir la mortalidad cardiovascular. Y eso se puede lograr. El desafío enorme es corregir los factores de riesgo. La educación debe comenzar desde la niñez, hay que formar a los niños en hábitos diferentes. Hay que abandonar hábitos que en algún momento de la historia habrán parecido buenos o hasta simpáticos pero que claramente no son saludables y llevan a mortalidad precoz.

– ¿Hábitos como cuáles, por ejemplo?

-Vamos a mencionar lo más grotesco: fumar. Todos recordaremos que en algún momento se hacían propagandas que decían que fumar era una cuestión de gente bien, divertida, con alto nivel de vida. Y fumar se asocia con todo lo contrario. Otro hábito que debería mejorarse desde la niñez es acostumbrar a los niños a comer con menor cantidad de sal: no hace falta salar los alimentos cuando empiezan con los sólidos. Y también deben aprender a comer frutas y verduras como parte de la dieta. Y hacer ejercicio, abandonar el sedentarismo. Con la simple conducta de caminar para recorrer distancias cortas ya habría cambios. Todo esto tendría un fuerte impacto sobre la salud cardiovascular.

-Además de los médicos, ¿qué sectores deben confluir para que este tipo de medidas y mensajes sean alentados y lleguen a la comunidad?

-Organismos gubernamentales, pacientes, industria. En noviembre pasado, por ejemplo, tuvimos una mesa multisectorial donde estuvieron reunidos representantes de estos sectores para discutir por qué no se cumplen las guías de control del colesterol después de un infarto. Al año de un infarto, solamente la mitad de los pacientes cumple con las indicaciones de tratamiento, y la reducción del colesterol es un aspecto crucial. ¿El problema radica en los precios de los medicamentos? ¿Hay insuficiente formación médica para atender a la importancia que tiene sostener los tratamientos? ¿Cómo deberían responder las autoridades? El problema es sin dudas multifactorial, no depende de un solo factor. Porque hay países como el Reino Unido donde la medicación para reducir el colesterol se entrega en forma gratuita a los pacientes, pero el apego al tratamiento también es bajo. Entonces el precio de los fármacos es un aspecto que condiciona, pero no el único.

-La información a la comunidad parece ser un recurso importante. ¿wikicardio.org.ar se vincula con ese objetivo?

-Wikicardio es un sitio gratuito con información sobre temas cardiológicos desarrollado por cardiólogos expertos, para pacientes y familiares. Es una enciclopedia. Tiene gráficos que ayudan a la comprensión y está escrita en un lenguaje comprensible. Realmente es una herramienta muy útil dirigida a la población. Sirve para entender y perder algunos miedos también, gracias a la claridad en los conceptos.

– ¿Cómo afectó la pandemia la atención de la salud cardiovascular?

-La pandemia afectó enormemente. El hecho de tener que quedarnos encerrados hizo que muchas personas fueran más sedentarias, se alimentaran peor y subieran de peso. Es decir, hubo un gran descontrol de los factores de riesgo, como la obesidad. Disminuyeron también las consultas: pacientes con dolor de pecho y aun con infarto que no consultaron en el momento oportuno por el temor a salir de sus casas. [2]Vimos infartos más complicados, con más tiempo de evolución. [3]Todo esto afectó la salud de la población. Y no olvidemos los factores psicológicos, que deben sumarse a esta situación, tan difícil.

– ¿Se está regresando a la atención presencial de los pacientes?

-Sí. El otro gran desafío de este año es el de volver a la presencialidad. Hace algún tiempo hablábamos del “desafío de la virtualidad” y con la pandemia ese desafío se hizo realidad. Algunas actividades se adaptaron a la virtualidad, otras se saturaron con la virtualidad. Este año debemos volver a una vida más normal, tanto sea desde el punto de vista de la atención y seguimiento de los pacientes como también de las tareas que nos agrupan como cardiólogos. Por eso vamos a volver a abrir las puertas de la SAC para que todas las actividades de los consejos y las áreas específicas sean nuevamente presenciales. Y después de dos años virtuales, este año, en octubre, el 48º Congreso de Cardiología regresará a la presencialidad.

– ¿La SAC forma a todos nuestros cardiólogos?

-La formación de grado la hacen las universidades, y la hacen muy bien. Nosotros ofrecemos la formación de posgrado. Nuestro nudo es hacer crecer y mejorar todo lo concerniente a la educación médica. Desde que el cardiólogo obtiene su título de especialista, alrededor de los 30 años, hasta que se jubila, por ejemplo, a los 70, esos 40 años necesitan actualización y formación continua. Estamos reforzando cada vez más las relaciones regionales e internacionales. Y tenemos una amplia oferta de cursos que ofrecemos de manera virtual a los colegas que viven fuera de Buenos Aires, que suman alrededor de 2.000, una proporción muy importante. En cierto que Caba y GBA agrupan casi a la mitad de la población del país, pero los colegas de las provincias están ávidos de que les acerquemos oportunidades de formación. Sólo con la educación continua de nuestros profesionales podemos mejorar siempre la asistencia que prestamos a la población. Hacia eso se enfoca y orienta toda nuestra tarea.


[1] https://www.argentina.gob.ar/salud/instituto-nacional-del-cancer/estadisticas/mortalidad

[2] https://www.medicinabuenosaires.com/indices-de-2020/volumen-80-ano-2020-no-3-indice/enfermedad/

[3] http://www.caci.org.ar/assets/uploads/el_once.com_25-7-21_caci.pdf

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