Consenso de diabetes y enfermedad cardiovascular

Por el Dr. Mariano Giorgi, en representación de los autores del consenso, de la Sociedad Argentina de Cardiología y la Sociedad Argentina de Diabetes

La Sociedad Argentina de Cardiología y la Sociedad Argentina de Diabetes están desarrollando de forma conjunta la redacción de un documento de consenso para el abordaje de los pacientes diabéticos con enfermedad cardiovascular. Se convocó a destacados especialistas de ambas sociedades para trabajar en aspectos generales del manejo del paciente diabético con cardiopatía y luego, específicamente, se trataron las particularidades de diversas enfermedades cardiovasculares. Durante el Congreso Argentino de Cardiología las autoridades del Consenso, representando a ambas sociedades hicieron una presentación preliminar de las recomendaciones, que reseñamos a continuación.

La decisión de analizar este tema se basa en que la carga de enfermedad en nuestro país es relevante. La prevalencia estimada de diabetes, en Argentina, está entre un 9 y 10% de la población de mayores de 18 años; más de dos tercios de los diabéticos de 65 o más años mueren por causa cardiovascular y la prevalencia de diabetes en pacientes admitidos por síndromes coronarios agudos es superior al 20%. Más aún, la cardiopatía isquémica y la diabetes se encuentran entre las 10 primeras causas de muerte en la Argentina, según lo reportado por el Global Burden of Disease Study en 2015.

Uno de los primeros puntos que se abordaron fue el abordaje primario del paciente diabético, poniendo especial énfasis en la implementación de un plan de actividad física (adecuado al paciente) y de medidas nutricionales. En segundo lugar se analizaron las diferentes opciones de tratamiento farmacológico, considerando tanto el perfil de seguridad como la eficacia, no sólo a fines de lograr el objetivo de hemoglobina glicosilada de 7% sino también por el beneficio demostrado en reducción de eventos cardiovasculares.

Respecto de la estratificación de riesgo del diabético, dado que ambas sociedades han dado su aval al sistema de estratificación de la Organización Mundial de la Salud para la Región B de las Américas, se definió recomendar, preferentemente, el uso de ese sistema por ser el de mayor validez epidemiológica. Sin embargo, en lo referente a las categorías de riesgo, se han hecho modificaciones para incluir en niveles más altos de riesgo a subpoblaciones de diabéticos, por ejemplo, con ateromatosis subclínica o con múltiples factores de riesgo. En este sentido, el Consenso propone una estrategia integral para el abordaje de los factores de riesgo individuales como la dislipemia y la hipertensión arterial basada en el riesgo global calculado y no en los valores aislados de los factores de riesgo.

En el caso de la hipercolesterolemia, y en consonancia con otras sociedades científicas, se propone tener un objetivo primario de LDL colesterol menor a 70 mg/dl en los pacientes con mayor riesgo (30% o más de probabilidad de eventos fatales y no fatales a 10 años) y el uso de estatinas como estrategia farmacológica inicial. Se considera, asimismo, el uso de otros hipolipemiantes como ezetimibe en caso de no lograr los objetivos de LDL pautados. Los objetivos de tensión arterial propuestos son, para la categoría de mayor riesgo, menor a 130 mmHg de sistólica y menor a 80 mmHg de diastólica.

En el caso de los pacientes con enfermedad coronaria conocida, una de las cuestiones recurrentes a decidir es cuál es la estrategia óptima de revascularización. En este sentido, el consenso propone, en pacientes con enfermedad coronaria multivaso, estables y con riesgo quirúrgico aceptable, el uso de la cirugía por sobre la angioplastia.

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