Referencia: DOI:https://doi.org/10.1016/S0140-6736(21)02143-7
THE LANCET VOLUMEN 398, EDICIÓN 10312, P1700-1712, NOVIEMBRE 06, 2021
En noviembre de 2021 se publicó en la revista The Lancet, un estudio que abordó la prevalencia y carga mundial de trastornos depresivos y de ansiedad en 204 países y territorios durante 2020 con el objetivo de cuantificar el impacto de la pandemia, poniendo en evidencia como la situación sanitaria ha creado el entorno necesario para que se exacerban muchos determinantes de la mala salud mental.
Los investigadores realizaron una revisión sistemática de los datos que informaban la prevalencia del trastorno depresivo mayor y los trastornos de ansiedad durante la pandemia de COVID-19.
Los estudios elegibles eran representativos de la población general durante la pandemia de COVID-19 y a su vez tenían una línea de base prepandémica.
Los autores usaron los datos reunidos en una metaregresión para estimar el cambio en la prevalencia del trastorno depresivo mayor y los trastornos de ansiedad entre la prepandemia y pandemia media, a través de los indicadores de impacto de COVID-19 (movilidad humana, tasa diaria de infección por SARS-CoV-2 y tasa diaria de exceso de mortalidad).
Datos relevantes del estudio:
-Este estudio es el primero en cuantificar la prevalencia y la carga de los trastornos depresivos y de ansiedad por edad, sexo y ubicación a nivel mundial.
-Dos indicadores de impacto de COVID-19, específicamente las tasas diarias de infección por SARS-CoV-2 y las reducciones en la movilidad humana, se asociaron con una mayor prevalencia de trastorno depresivo y trastornos de ansiedad.
Las mujeres se vieron más afectadas por la pandemia que los hombres (B 0·1 [0·1 a 0·2; p=0·0001] para el trastorno depresivo mayor, 0·1 [0·1 a 0·2; p=0·0001] para los trastornos de ansiedad) y los grupos de edad más jóvenes se vieron más afectados que los grupos de mayor edad (−0·007 [–0·009 a −0·006; p=0·0001] para el trastorno depresivo mayor, −0·003 [–0·005 a −0·002; p=0·0001] para los trastornos de ansiedad).
– Se estimaron 53,2 millones (44,8 a 62,9) casos adicionales de trastorno depresivo mayor a nivel mundial (un aumento del 27,6% [25,1 a 30,3]) debido a la pandemia de COVID-19
-Se estimaron 76,2 millones casos (64,3 a 90,6) adicionales de trastornos de ansiedad a nivel mundial
-Los aumentos en la prevalencia del trastorno depresivo mayor y los trastornos de ansiedad durante 2020 se asociaron con el aumento de las tasas de infección por SARS-CoV-2 y la disminución de la movilidad humana. Estos dos indicadores de impacto de COVID-19 incorporaron los efectos combinados de la propagación del virus, los confinamientos, las órdenes de quedarse en casa, la disminución del transporte público, el cierre de escuelas y negocios, y la disminución de las interacciones sociales, entre otros factores.
-Se detectó mayor aumento de la prevalencia de trastornos entre las mujeres, ya que tienen más probabilidades de verse afectadas por las consecuencias sociales y económicas de la pandemia, las responsabilidades adicionales debido al cierre de escuelas o al cuidado de otros miembros de la familia. Esto se ve potenciado ya que las mujeres tienen más probabilidades de estar en desventaja financiera debido a salarios más bajos, menos ahorros y un empleo menos seguro que sus homólogos. Además tienen más probabilidades de ser víctimas de violencia doméstica, cuya prevalencia aumentó durante los períodos de confinamiento y las órdenes de quedarse en casa.
-América Latina se encuentra entre las regiones con mayor impacto, donde la Argentina es uno países más afectados, con un aumento del porcentaje de prevalencia del 36.4%.
Conclusión
Existen múltiples intervenciones eficaces para abordar los trastornos mentales. Estas intervenciones tienen el potencial de reducir la gravedad de los síntomas, aumentar la remisión o reducir el riesgo de mortalidad. Sin embargo, a nivel mundial, existe una escasez sustancial en el acceso a estos servicios y en los recursos asignados para su ampliación, así como diversas barreras para la atención, como la necesidad percibida de atención y el estigma que rodea a los problemas de salud mental.
Para reducir la carga de los trastornos mentales, es imprescindible la ejecución coordinada de programas de prevención y tratamiento eficaces por parte de los gobiernos y la comunidad mundial de la salud.
