Libro Blanco: Definición e investigación de la reserva cognitiva, la reserva cerebral y el mantenimiento del cerebro.

Stern Y, Arenaza-Urquijo EM, Bartrés-Faz D, Belleville S, Cantilon M, Chetelat G, Ewers M, Franzmeier N, Kempermann G, Kremen WS, Okonkwo O, Scarmeas N, Soldan A, Udeh-Momoh C, Valenzuela M, Vemuri P, Vuoksimaa E; the Reserve, Resilience and Protective Factors PIA Empirical Definitions and Conceptual Frameworks Workgroup.

Alzheimers Dement. 2020 Sep;16(9):1305-1311. doi: 10.1016/j.jalz.2018.07.219. Epub 2020 Jan 6. PMID: 30222945; PMCID: PMC6417987.

El gran avance del diagnóstico y tratamiento de la patología cardiovascular ha sido evaluado a lo largo de la historia de la cardiología mediante puntos finales tales como disminución de la mortalidad e incremento de sobrevida. Si bien estos puntos impactan satisfactoriamente en la población se produce a nivel mundial un fenómeno denominado envejecimiento poblacional. Este fenómeno va acompañado de una reducción de la tasa de natalidad simultáneamente.

Este artículo reviste especial interés en la población perteneciente al grupo de envejecimiento, ya que será aquí donde deberemos hacer foco en objetivos cercanos .

Para comprender cómo y de que se trata la reserva cognitiva esta excelente publicación describe en forma simple y práctica conceptos que deberemos considerar para abordar a nuestros pacientes añosos ofreciendo calidad de vida en todas las esferas que vinculan a los aspectos psicosociales en la cardiología.

La reserva cognitiva, junto con sus componentes complementarios, la reserva y el mantenimiento cerebral serán los tres puntos claves que desarrollaremos en este resumen.

La reserva cognitiva refleja la capacidad intrínseca del cerebro para mantener un rendimiento cognitivo óptimo a pesar de la presencia de daño cerebral o patología estructural. Este concepto como fue mencionado anteriormente se vuelve aún más imprescindible en el contexto del envejecimiento poblacional y la salud cardiovascular, dado que su influencia se extiende más allá de la esfera cognitiva. Tomemos, por ejemplo, la educación: cada año adicional de educación se asocia con una disminución en el riesgo de enfermedad cardiovascular. Esto demuestra que la educación no solo beneficia la mente, sino que también influye en la toma de decisiones saludables que tienen un impacto directo en la salud cardiovascular.

En términos de datos, las investigaciones sostienen que las personas con una mayor reserva cognitiva tienen hasta un 46% menos de riesgo de experimentar deterioro cognitivo y demencia, incluso en presencia de daño cerebral significativo. Estas cifras subrayan el poder de la reserva cognitiva para preservar tanto la salud cerebral como la cardiovascular.

La reserva cerebral desempeña un papel aún más relevante en la toma de decisiones relacionadas con la salud cardiovascular en el contexto del envejecimiento poblacional. Esta reserva se relaciona con la capacidad física del cerebro para resistir el daño cerebral antes de que los síntomas clínicos se manifiestan. Entre los aspectos esenciales de la reserva cerebral, destaca la plasticidad cerebral, que es crucial para adaptarse a los retos del envejecimiento. Un ejemplo concreto de plasticidad cerebral es la recuperación de funciones motoras después de un accidente cerebrovascular, lo que destaca la capacidad del cerebro para adaptarse y recuperarse incluso tras un daño severo.

Desde una perspectiva numérica, la investigación ha evidenciado que las personas con una mayor reserva cerebral pueden mantener un rendimiento cognitivo adecuado a pesar del daño cerebral subyacente, lo que tiene un impacto sustancial en la toma de decisiones saludables.

El mantenimiento cerebral completa la ecuación al considerar la preservación de la salud cerebral a lo largo del tiempo y su influencia en la salud cardiovascular. En el contexto del envejecimiento poblacional, la gestión de factores de riesgo cardiovascular, como la hipertensión y la diabetes, se convierte en una prioridad. La interconexión entre el cerebro y la salud cardiovascular es innegable, ya que estos factores de riesgo también pueden afectar negativamente la salud cerebral. Un excelente ejemplo extrapolable a este caso es la hipertensión no controlada, que puede dañar los vasos sanguíneos cerebrales, aumentando el riesgo de enfermedades cardiovasculares y, al mismo tiempo, impactando negativamente en la función cognitiva.

Conclusiones reflexivas:

Este artículo científico arroja luz sobre la importancia de una educación sólida, la construcción de una reserva cognitiva y la plasticidad cerebral para tomar decisiones informadas, tanto en la esfera de la salud cerebral de manera simultánea en la cardiovascular. Además, subraya la necesidad apremiante de gestionar los factores de riesgo cardiovascular para mantener una población envejecida cognitiva y cardiovascularmente saludable.

El enfoque en la reserva cognitiva, reserva y mantenimiento cerebral es esencial para abordar los desafíos del envejecimiento poblacional a nivel mundial. Estos conceptos, respaldados por datos y ejemplos concretos, subrayan la necesidad de un enfoque multidisciplinario en el envejecimiento poblacional, destinado a promover una vida más saludable y prevenir enfermedades cardiovasculares en una población en constante crecimiento. El aumento de la esperanza de vida a nivel mundial demanda una comprensión más profunda y estrategias efectivas para mantener la calidad de vida a medida que envejecemos.

Comentario:

Dr. Omar Prieto

Dr. Omar Prieto

Médico Cardiólogo Secretario científico Consejo de Aspectos Psicosociales en Cardiología SAC.
Dr. Omar Prieto

Dr. Omar Prieto

Médico Cardiólogo Secretario científico Consejo de Aspectos Psicosociales en Cardiología SAC.

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