El rol de la cardioprotección en la cardiotoxicidad inducida por el tratamiento del cáncer

The Role of Cardioprotection in Cancer Therapy Cardiotoxicity. J Am Coll Cardiol CardioOnc. 2022 Mar, 4 (1) 19–37

La mejoría en la sobrevida de los pacientes oncológicos ha llevado a un cambio de paradigma de dicha población, ya que los mismos presentan mayores eventos adversos cardiovasculares relacionados con los tratamientos de la enfermedad de base. 

 El review  analiza la evidencia actual de las medidas cardioprotectoras que en líneas generales se encuentra basado en estudios observacionales, randomizados de cohortes pequeñas y metaanálisis de calidad metodológica controvertida como también  se menciona  ensayos en curso. 

Inicia la revisión con las estrategias generales de cardioprotección basada en la modificación de los factores de riesgo cardiovasculares y en los factores de riesgo asociado a la estirpe del tumor y su estadío como también al tratamiento involucrado (dosis, vías de administración,protón terapia vs fotón terapia). 

Las drogas cardiotóxicas por excelencia son doxorrubicina y trastuzumab por lo cual son las que encabezan lo mayor evidencia en los ensayos clínicos. El uso Dexrazoxane en prevención primaria no se encuentra recomendado en la actualidad y esto es basado en la revisión de Cochrane (baja calidad metodológica). El único escenario plausible y con fuerte evidencia es en población con enfermedad avanzada y con dosis acumulada de antraciclinas  mayor a 300 mg/m2 de doxorrubicina.  En contraposición, inhibidores del sistema de renina-angiotensina (IECA – ARA II) y/o Betabloqueantes  tienen sus posibles beneficios pero  aún no se ha establecido la duración del tratamiento de los mismos, recomendándose continuar hasta completar el tratamiento oncológico.  La población a beneficiarse podría ser:1-Población de moderado – alto riesgo cardiovascular (considerados aquellos con biomarcadores incrementados al inicio o durante el tratamiento o dosis alta acumulada de doxorrubicina).La evidencia que lo avala se inicia en el 2006 con el estudio de Cardinale con enalapril en el 2006 hasta los más recientes, PRADA (factorial 2×2 candesartan-metoprolol/combinación/placebo), CECCY (randomizado carvedilol/placebo) SAFE (randomizado ramipril/bisoprolol/combinación), ICOS ONE (randomizado enalapril/tratamiento guiado por troponina), SUCCOUR (vigilancia ecocardiográfica de FEVI o Strain longitudinal) entres otros.2- Población con preexistente disfunción ventricular asintomática: SAFE HEaRt (pacientes con FEVI 40%-50%o caída de la FEVI 10% del basal) y SCHOLAR (pacientes con FEVI 40%-54% o caída de la FEVI  mayor o igual 15 % del basal). Estudios de pequeñas cohortes pero con perspectiva a favorecer la continuación del tratamiento oncológico bajo tratamiento  con IECA y betabloqueantes y de no mediar síntomas de  falla cardíaca. El uso estatinas, inhibidores de neprilisina como la actividad física podrían ser beneficiosos, demostrado en pequeñas cohortes de estudios observacionales. Mientras que los antagonistas de la aldosterona, a través de un randomizado de 83 pacientes,  logró  disminuir la caída de la FEVi como así también en el incremento de los biomarcadores, por lo cual su uso podría ser seguro.

La evidencia de medidas cardioprotectoras en radioterapia sólo se reduce se al beneficio de la respiración profunda  intratratamiento.

Para concluir, se requieren estudios de mejor calidad metodológicos pero se  resume las recomendaciones según la evidencia actual  a través del siguiente esquema propuesto.

Figura Central: Cardioprotección selectiva y estrategias potencialmente protectivas. Figura  modificada.Torbjørn Omland et al. J Am Coll Cardiol CardioOnc 2022; 4(1)19-37

María Jimena Gambarte MN 118394

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