Edad y envejecimiento vascular: una frontera inexplorada

Del Mar González Laura y col. Front. Cardiovasc. Med., 09 November 2023

Sec. General Cardiovascular Medicine Volume 10 – 2023 | https://doi.org/10.3389/fcvm.2023.1278795

En este artículo, los autores realizan una exhaustiva revisión de una temática emergente en la evaluación del riesgo cardiovascular (RCV): la edad vascular, previamente descrita en el estudio Framingham de 2008 como la “edad del corazón”.

El envejecimiento es un proceso biológico complejo, natural, progresivo, irreversible y heterogéneo, influenciado por factores genéticos, ambientales y hábitos de vida. A partir de los 30 años, las grandes arterias pierden progresivamente sus propiedades elásticas. El envejecimiento vascular (EV) se caracteriza por disfunción endotelial, remodelado vascular y pérdida de la distensibilidad arterial, con un aumento de la rigidez de la pared, la presión arterial sistólica (PAS) y la presión del pulso (PP). Estos cambios involucran eventos bioquímicos, celulares y enzimáticos, y la rigidez arterial (RA) se destaca como el “sello distintivo” de la edad arterial. La medición de la velocidad de la onda de pulso (VOP) ha demostrado ser predictiva de eventos cardiovasculares. Además, múltiples estudios han establecido una relación entre la edad vascular y condiciones como demencia, enfermedad renal crónica y síndrome metabólico.

La RA se caracteriza por una inflamación crónica significativa, contribuyendo a la remodelación cardíaca y vascular. Representa un factor de riesgo (FR) importante para eventos cardiovasculares fatales y no fatales, incluyendo la progresión de enfermedades como la diabetes mellitus, hipertensión arterial, enfermedad renal crónica, retinopatías, neuropatías, enfermedad cardiovascular, cáncer, demencia y depresión, así como un indicador de fragilidad y muerte prematura. Su prevalencia aumenta en enfermedades inflamatorias crónicas como la artritis reumatoide, la enfermedad inflamatoria intestinal y la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana. Estudios han demostrado que, a partir de los 50 años, la PAS aumenta progresivamente, mientras que la presión arterial diastólica disminuye, ampliando la PP, un signo de rigidez aórtica y envejecimiento. El artículo plantea a la hipertensión arterial como un potencial signo clínico de envejecimiento y RA.

También desarrollan el fenotipo de envejecimiento vascular normal, donde la edad se asocia con la remodelación de los grandes vasos, mostrando un aumento progresivo de la rigidez y un incremento del diámetro aórtico entre el 15% y el 20% en personas mayores de 65 años.

Se destacan dos fenotipos adicionales que marcan una disyunción entre la edad cronológica y la vascular: el envejecimiento vascular acelerado (EVA), con alteraciones prematuras, cuyo componente distintivo es la RA y, por otro lado, el envejecimiento vascular supernormal “SUPERNOVA”, con una RA inusualmente baja para la edad cronológica y el sexo, concepto aplicable a individuos cuyos factores de riesgo cardiovascular no han causado daño. Este último fenotipo presenta un 40% menos de riesgo de eventos cardiovasculares que los pacientes con un fenotipo normal de la misma edad cronológica.

Los autores resaltan que las intervenciones en el estilo de vida han tenido un efecto positivo en la salud vascular, reduciendo la rigidez arterial. Entre las más relevantes se encuentran la actividad física, el cese del tabaquismo, la pérdida de peso y una alimentación saludable, todos componentes de los ocho hábitos de salud esenciales recomendados por la Asociación Americana del Corazón. Además, la terapia farmacológica ralentiza la progresión del envejecimiento vascular, como se ha demostrado en estudios previos con betabloqueantes, antagonistas del calcio, tratamientos antihipertensivos e inhibidores del sistema renina-angiotensina-aldosterona, así como la metformina. La identificación de estos fenotipos permite investigar sobre el envejecimiento vascular y buscar alternativas de tratamiento para retrasar la rigidez arterial y reducir el riesgo cardiovascular.

A diferencia de la edad cronológica, la edad vascular nos proporciona una medida más precisa del estado de salud cardiovascular. Puede ser influenciada y potencialmente revertida con hábitos saludables y controlando los factores de RCV, permitiendo una prevención temprana de la ECV.

Dra. María Soledad Palacio

Dra. María Soledad Palacio

Médica Cardióloga y Geriatra Directora del consejo de Cardiogeriatría de la SAC
Dra. María Soledad Palacio

Dra. María Soledad Palacio

Médica Cardióloga y Geriatra Directora del consejo de Cardiogeriatría de la SAC
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