Un tercio menos de internaciones cardíacas en Estados Unidos

Por Alejandra Folgarait

[column col=”1/4″]Un tercio menos de internaciones cardíacas en Estados Unidos[/column]

Los esfuerzos de los últimos años para disminuir los riesgos cardiovasculares han dado buenos frutos. Según un estudio de la Universidad de Yale, las hospitalizaciones por infartos cardíacos y cerebrales disminuyeron más de un 30% en los Estados Unidos.

Harlan Krumholz y sus colegas de la Escuela de Medicina de Yale revisaron los datos de personas mayores de 65 años hospitalizadas con diversas patologías cardiovasculares –angina inestable, infarto agudo de miocardio, insuficiencia cardíaca y stroke- entre los años 1999 y 2011. Los investigadores también analizaron mortalidad, duración de la internación, readmisión y otras variables.

El trabajo, publicado en Circulation, mostró un cambio sorprendente en las principales causas de internación. En 1999, el top 5 de las internaciones (aparte del infarto cardíaco y cerebral, la angina y la insuficiencia cardíaca) estaba liderado por la enfermedad isquémica crónica, la neumonía, las disritmias cardíacas, la bronquitis crónica y los desórdenes del balance de fluidos. En 2011, en cambio, el top 5 estuvo encabezado por neumonía, seguida por septicemia inespecífica, cistitis aguda, bronquitis crónica e insuficiencia renal aguda.

Las hospitalizaciones por infartos de miocardio disminuyeron un 38% entre 2011 y 1999, mientras que las internaciones por anginas inestables bajaron un 84% durante el mismo período. En cuanto a las insuficiencias cardíacas y los accidentes cerebrovasculares, las admisiones hospitalarias se redujeron 30,5% y 33,6%, respectivamente. En comparación, las internaciones por neumonía y bronquitis crónica bajaron apenas un 10% en Estados Unidos.

“Tenemos un tercio menos de ataques cardíacos”, se entusiasmó Krumholz, quien destacó que no sólo se producen hoy menos hospitalizaciones sino que también se registran menos muertes. “Del pequeño número de pacientes que es internado hoy, sobreviven más”.

La mortalidad a 30 días y a un año bajó en las cuatro categorías principales –infarto agudo de miocardio, angina inestable, insuficiencia cardíaca y ACV. La baja más pronunciada (29%) se registró en las muertes al mes de un infarto cardíaco.

¿A qué se deben las buenas noticias? Probablemente, a una combinación de factores que incluye la disminución del tabaquismo, la identificación y el tratamiento de la hipertensión, y el uso de estatinas. También contribuyó el uso de nuevas pruebas para diagnosticar infartos y una disminución en el tiempo hasta el tratamiento de los pacientes con segmento ST elevado.

Para Patrick O´Gara, presidente del American College of Cardiology, la clave no estuvo tanto en la aparición de un nuevo fármaco sino en los cambios en los estilos de vida. “Los descensos en las hospitalizaciones coinciden con cambios rápidos en las actitudes sobre la dieta, el ejercicio y el cigarrillo, en un momento en que la medicina cardiovascular está liderando el camino con tratamientos basados en evidencias a través del uso de registros de datos”, explicó O´Gara. El estudio de Yale utilizó los datos de 34 millones de estadounidenses registrados en Medicare.

“El descenso que encontraron en la mortalidad cardiovascular también se observa en América latina y en la Argentina, en particular”, apunta Carlos Tajer, presidente de la SAC. “Una parte de esta disminución sin duda es atribuible a la reducción del consumo de tabaco, el control de la presión arterial y la disminución del colesterol en pacientes de riesgo, aunque estamos lejos de lograr todo el beneficio posible. La otra parte importante –agrega Tajer- es que la evolución aguda y alejada de las enfermedades del corazón ha tenido una mejoría notable con la suma de fármacos e intervenciones”.

Las encuestas de infarto que la Sociedad Argentina de Cardiología lleva adelante desde 1987 muestran una reducción de la mortalidad y una mayor aplicación de terapias de reperfusión en los últimos años. “En este campo también queda mucho por hacer, persiste una gran inequidad en el acceso a las terapéuticas apropiadas”, subraya Tajer, quien también es jefe de Cardiología del Hospital El Cruce, de Buenos Aires.

INSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

SAC Móvil

¡Descarga nuestra aplicación para navegar nuestro contenido de una manera más fácil y dinámica!