Prevención de la Cardiotoxicidad por quimioterapia. Un objetivo pendiente de la Cardio-Oncología

Estudios:

Carvedilol Effect in Preventing Chemotherapy Induced CardiotoxicitY – CECCY
Lisinopril or Carvedilol for Prevention of Trastuzumab Induced Cardiotoxicity

La incidencia de cardiotoxicidad (entendida como la caída de la fracción de eyección del ventrículo izquierdo) secundaria al uso de Doxorrubicina ha sido descripta en alrededor del 8% de los pacientes expuestos a dicha droga, siendo un 4% cuando nos referimos específicamente a los pacientes que desarrollan insuficiencia cardíaca grado III/IV. Cuando las antraciclinas se combinan con trastuzumab la tasa de disfunción ventricular aumenta hasta al 27% y el 16% podrá presentar signos de insuficiencia cardíaca (NYHA III/IV). Incluso en el caso de la combinación Antraciclinas con Trastuzumab supera al potencial beneficio de la droga.

En el congreso del ACC de este año se presentaron dos estudios cuyo objetivo era evaluar la eficacia de la terapia betabloqueante para prevenir el desarrollo de disfunción ventricular sintomática y asintomática.

El estudio CECCY comparó el uso de Carvedilol vs Placebo en pacientes con cáncer de mama HER2 negativo que iban a recibir Antraciclinas como tratamiento adyuvante o neoadyuvante. Se randomizaron 192 mujeres mayores a 18 años con adenocarcinoma invasivo, sin antecedentes cardiológicos, edad media 51 años, 4% de diabetes, que recibieron por lo menos 240 mg/m2 de Doxorrubicina.

El punto final primario era la prevención de la reducción ≥10% en la fracción de eyección del ventrículo izquierdo (FEVI) a 6 meses, este ocurrió en el 14,5% de las pacientes con carvedilol y en 13,5% en el grupo placebo (p=0.1), no pudiendo mostrar diferencias significativas. Lo que sí arrojó diferencias significativas fue en la elevación de troponina I (26% vs 41.6%, p=0.003) y en la incidencia de disfunción diastólica (28.5% vs 37.2%, p=0.039). Aparentemente según los resultados de este estudio, el uso de carvedilol en pacientes bajo tratamiento únicamente con antraciclinas no previene el desarrollo de disfunción ventricular izquierda.

Por otra parte el 2do estudio que se presentó en referencia a este mismo tema “Lisinorpil o Carvedilol para la prevención de Cardiotoxicidad inducida por Trastuzumab” arrojó resultados un tanto diferentes. En este trial randomizaron a mujeres con cáncer de mama HER2 + que iban a recibir anticuerpos monoclonales (trastuzumab) con o sin antraciclinas a recibir Lisinopril, o Carvedilol o Placebo. Con el mismo objetivo primario que el estudio anterior, determinar si la administración de estas drogas resultaban en un descenso de la tasa de cardiotoxicidad en comparación con placebo, incluyeron pacientes con similares características. Se definió la cardiotoxicidad como: un descenso ≥ al 10% de la FEVI o un descenso absoluto ≥ al 5% de la FEVI si esta era menor a 50%.

Se incluyeron 468 pacientes con una FEVI basal de 63% ±6.29 y se observaron los siguientes resultados:

En aquellos pacientes tratados únicamente con trastuzumab, los resultados fueron similares en los tres grupos (placebo, carvedilol, lisinopril).

Tanto el Lisinopril como el Carvedilol disminuyeron de forma significativa la incidencia de cardiotoxicidad en pacientes tratados con Trastuzumab + Antraciclinas (siendo el carvedilol más eficiente aún que el Lisinopril).

Las curvas de sobrevida libre de cardiotoxicidad recién se separan a partir de los 250 días de seguimiento.

Las diferencias entre los resultados de un estudio y otro seguramente radican en el hecho de que la incidencia de cardiotoxicidad por la terapia combinada (trastuzumab + antracilcinas) es significativamente más alta que aquella con terapias únicas (antraciclinas o trastuzumab). Sin embargo un 8% de disfunción sistólica derivado del uso de Doxorrubicina y un 3% secundario al uso de trastuzumab es un número considerable a tener en cuenta, más aún cuando se trata de una población sana desde el punto de cardiovascular y en ninguno de estos dos grupos se encontró beneficio en el uso de preventivo de betabloqueantes o IECAS. Por lo tanto podríamos decir que la prevención de la cardiotoxicidad es todavía un objetivo pendiente para la CardioOncología.

Por la Dra. María Sol Andrés, para SAC Joven

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