Abuso de alcohol: aumenta el riesgo cardíaco

Por Alejandra Folgarait

[column col=”1/4″]Abuso de alcohol: aumenta el riesgo cardíaco[/column]

La recomendación de beber un vaso de vino por día, que era moneda corriente hasta poco tiempo atrás, podría estar en vías de extinción. Un estudio epidemiológico que acaba de publicar el Journal of the American College of Cardiology (JACC) confirma las sospechas sobre el impacto negativo del alcohol en la salud cardiovascular. Según los autores, el abuso del alcohol aumenta el riesgo de fibrilación auricular, infarto de miocardio e insuficiencia cardíaca tanto como la hipertensión, la obesidad, la diabetes y otros factores de riesgo bien conocidos.

Los investigadores del estudio, liderados por George Marcus, de la Universidad de California en San Francisco, analizaron los datos de personas mayores de 21 años que recibieron asistencia médica (urgencia e internados)o cirugía ambulatoria entre 2005 y 2009 en California. De los 14,7 millones de pacientes incluidos en el estudio, 1,8% tenían diagnóstico de abuso de alcohol (agudo o crónico). Tras eliminar otros factores de riesgo, Marcus y sus colegas encontraron que quienes abusaban del alcohol tenían dos veces más riesgo de fibrilación auricular; 2,3 veces más riesgo de insuficiencia cardíaca congestiva y 1,4 veces más riesgo de infarto de miocardio que los que no bebían en exceso.

Abuso de alcohol: aumenta el riesgo cardíaco
Asociación entre consumo de alcohol y fibrilación auricular, infarto de miocardio e insuficiencia cardíaca congestiva, según características de los pacientes o factor de riesgo.

Referencias: CAD= enfermedad coronaria; CHF=insuficiencia cardíaca congestiva; CKD= enfermedad renal crónica; DL= dislipidemia; DM= diabetes; EtOH= abuso de alcohol; HTN= hipertensión; OSA= apnea obstructiva del sueño; VHD= enfermedad valvular del corazón.
Fuente: Isaac Whitman et al. JACC. Jan 2017, 69 (1) 13-24.

“Nos sorprendió que los diagnosticados con alguna forma de abuso de alcohol tuvieran un aumento significativo del riesgo de ataque cardíaco. Aún en quienes no tienen factores de riesgo, el abuso del alcohol aumenta el riesgo cardíaco”, enfatizó Marcus. “Esperemos que estos resultados disminuyan el entusiasmo por beber en exceso y eviten justificaciones basadas en que el alcohol es bueno para el corazón. Nuestros datos prueban claramente lo opuesto”, subrayó el cardiólogo.

Una debilidad del estudio, basado en registros, es que no define qué es el abuso de alcohol ni establece un valor de corte; sólo se refiere al riesgo del consumo elevado. Si bien los autores no pudieron definir qué cantidad de alcohol se asociaba con el riesgo, sí contaban con el diagnóstico previo de abuso de alcohol en la historia clínica, lo cual puede ofrecer una medida menos subjetiva que los cuestionarios sobre consumo que habitualmente llenan los propios pacientes en los estudios. “Los estudios de cohorte suelen tener una participación mínima de verdaderos alcohólicos, por lo que el nuevo trabajo presenta un panorama más válido de los resultados de beber mucho”, escribió el cardiólogo norteamericano Michael Criqui, en un editorial que acompaña el trabajo en JACC.

“Este es un estudio muy contundente”, evalúa José Gustavo Escobar Calderón, director del Consejo de Epidemiología de la SAC. “Si bien no permite descartar que el consumo moderado de alcohol disminuya la mortalidad cardiovascular, el estudio muestra claramente que el consumo excesivo es cardiotóxico”, señala el cardiólogo argentino.

Escobar Calderón subraya que “el alcohol produce daño independientemente de los factores de riesgo” y recomienda que los pacientes que han sufrido un evento cardiovascular o que tienen diabetes, hipertensión o dislipidemia no beban ni siquiera en forma moderada.

Problema de salud pública

El consumo excesivo de alcohol es una preocupación mundial. De acuerdo con un informe de la Organización Panamericana de la Salud, Chile es el país con más alto consumo en América Latina, seguido por Argentina (9,6 y 9,2 litros anuales per cápita, respectivamente). El consumo de alcohol en la región americana es un 40% superior al promedio mundial, y crece en las mujeres.

En la Argentina, el consumo de alcohol es alto no sólo entre los adultos sino también en los adolescentes, que comienzan a beber a los 13 años en promedio. El 50% de los estudiantes de nivel medio muestran un consumo problemático de alcohol, de acuerdo con la última encuesta realizada a nivel oficial, y más de 8.000 argentinos mueren cada año por enfermedades vinculadas al alcohol.

“El consumo de alcohol en las llamadas ´previas´ es un tema mas grave que el del bullying y la obesidad infantil en nuestro país”, refiere Escobar Calderón. “No se trata tanto de prohibir el consumo como de trabajar en la educación de los padres y los chicos para prevenir el consumo de alcohol que, además, es la puerta de entrada a otras adicciones y que se asocia con el de tabaco en los jóvenes”, dice el cardiólogo que también dirigió el Consejo de Medicina Nuclear de la SAC.

Se sabe que el consumo crónico de alcohol se vincula con la cardiomiopatía dilatada no isquémica y con la hipertensión. En cuanto a la fibrilación auricular, los especialistas advierten que hasta las dosis más bajas de alcohol resultan peligrosas. Más aún: estudios mostraron que los resultados de la ablación son peores en pacientes que abusan del alcohol que en aquellos que no toman o que beben en forma moderada.

Sin embargo, algunos estudios mostraron en el pasado que el consumo leve a moderado de alcohol puede proteger al corazón contra la enfermedad coronaria y la insuficiencia cardíaca.La American Heart Association, incluso, recomienda beber hasta un trago diario a las mujeres y hasta dos a los hombres. La hipótesis detrás de esta recomendación es que el alcohol tiene un efecto benéfico sobre el endotelio de las arterias y puede disminuir la inflamación, “pero lo cierto es que no hay evidencias actuales de ello”, indica Escobar Calderón.

En 2014, un estudio mendeliano sobre variantes genéticas vinculadas a un menor consumo de alcohol disparó una controversia que aún persiste sobre el potencial beneficio del alcohol para mejorar la salud cardiovascular. ¿Se convertirá la recomendación de un vaso de vino diario en un mito, como el de evitar el huevo para disminuir el colesterol? ¿O será sólo el consumo excesivo de alcohol -más de dos copas diarias- lo riesgoso para el corazón? Es muy pronto para decirlo, ya que no existen estudios randomizados con alcohol que permitan sacar conclusiones unívocas. Por el momento, las señales de alerta están encendidas.

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